La Familia Iglesia Doméstica.

El 9 de febrero de 2014, desarrollamos el último tema de formación "La Familia Iglesia Doméstica" en el hogar de los hermanos Andrés y Elvia, en el cual nos propusimos:

 

  • Reflexionar sobre el servicio reciproco que se deben la Iglesia y la familia (La familia debe servir a la Iglesia y ésta a la familia).
  • Reconocer que la educación permanente de la fe es un camino necesario para la evangelización de la familia.
  • Describir a la familia cristiana como una comunidad en diálogo con Dios.
  • Acentuar las motivaciones evangélicas que deben mover a la familia cristiana en su servicio a la sociedad.
  • Valorar el enorme potencial evangelizadora que tiene la familia.

La reunión giro en torno a los ritos de renovación de nuestros sacramentos, a través de los siguientes momentos:

 

  • Oración
  • Preguntas
  • Reflexión de las Sagradas Escrituras
  • Renovación del Sacramento del Bautismo
  • Presentación: El Santuario Doméstico de la Iglesia
  • Renovación del Sacramento de la Confirmación
  • Renovación del Sacramento de la Penitencia
  • Renovación del Sacramento del Matrimonio
  • Oración

Preguntas.

Después de la oración personal y de bienvenida a las familias, se realizaron y respondieron las siguientes preguntas:

 

1. ¿Cómo puede la familia servir a la Iglesia? 

 

Las familias presentes consideran que las familias sirven a la Iglesia al permitir que cada miembro reciba los sacramentos de la Iglesia y los viva día a día. Además al asistir y acompañar todas las actividades de la parroquia.

 

2. ¿Cómo puede la Iglesia servir a la familia? 

 

Principalmente evangelizandola y  formandola para servir a las demás familias.

 

3. ¿Conoces alguna experiencia exitosa de catequesis familiar?

 

Si, el Movimiento Familiar Cristiano, contestaron las familias presentes.

 

4. ¿Cuáles son los valores religiosos en los que debemos formar a nuestros hijos?

 

El amor a Dios, el amor a todos los seres humanos y amor a la naturaleza.

 

5. ¿Qué posibilidades concretas de evangelizar tiene la familia?

 

Todas, señalan las familias participantes, porque ellas es la primera que debe evangelizar.

 

6. ¿Cuáles son los peligros que amenazan a la familia en la localidad en que vivimos? 

 

La división de la familias en sus creencias, las familias cerradas a la sociedad, la violencia intrafamiliar, entre otras.

 

7. ¿Es posible que "toda la vida sea oración". 

 

Es necesario que sea un actitud diaria, pero después de ella se requiere la acción evangelizadora de la familia hacia sus miembros y las demás familias.

 

8. ¿Cómo implementar en nuestra localidad una pastoral familiar previsora, audaz y positiva? 

 

El trabajo formativo y futuro del MFC es una pastoral previsora, audaz y positiva.

 

 

 

Reflexión de las Sagradas Escrituras

La iluminación de la reunion con la palabra de Dios se realizó desde el libro de Efesios 4, 14-24:

 

Para que no seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error, 
antes bien, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor. 

 

Os digo, pues, esto y os conjuro en el Señor, que no viváis ya como viven los gentiles, según la vaciedad de su mente, sumergido su pensamiento en las tinieblas y excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su cabeza los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje, hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas. 


Pero no es éste el Cristo que vosotros habéis aprendido, si es que habéis oído hablar de él y en él habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús a despojaros, en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias, renovar el espíritu de vuestra mente, y a revestiros del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad.

 

 

Renovación del Sacramento del Bautismo

En el movimiento familiar cristiano las familias valoran la formación religiosa como una gran oportunidad de renovar los sacramentos de la Iglesia Católica, ya que nos permite desarrollar y consolidar una Fe adulta, porque nos permite profundizar cada una de las enseñanza del Señor.

Los miembros de las familias personificaban el pecado del hombre al introducir las manos en una olla llena de agua y tierra, para enlodarlas y mostrar la sucieza del pecado.

Acto seguido cada miembro renovaba el Sacramento del Bautism, enjuagando las manos para limpiarse del pecado.

Presentación: El Santuario Doméstico de la Iglesia

Con las familias se reflexiono sobre los siguientes temas:

 

El santuario doméstico de la Iglesia.

 

El anuncio del Evangelio y su acogida mediante la fe encuentran su plenitud en la celebración sacramental. La Iglesia, comunidad creyente y evangelizadora, es también pueblo sacerdotal, es decir, revestido de la dignidad y partícipe de la potestad de Cristo, Sumo Sacerdote de la nueva y eterna Alianza.

 

 

El matrimonio, sacramento de mutua santificación y acto de culto.

 

Fuente y medio original de santificación propia para los cónyuges y para la familia cristiana es el sacramento del matrimonio, que presupone y especifica la gracia santificadora del bautismo. En virtud del misterio de la muerte y resurrección de Cristo, en el que el matrimonio cristiano se sitúa de nuevo, el amor conyugal es purificado y santificado: «El Señor se ha dignado sanar este amor, perfeccionarlo y elevarlo con el don especial de la gracia y la caridad»

 

El matrimonio cristiano, como todos los sacramentos que «están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios», es en sí mismo un acto litúrgico de glorificación de Dios en Jesucristo y en la Iglesia. Celebrándolo, los cónyuges cristianos profesan su gratitud a Dios por el bien sublime que se les da de poder revivir en su existencia conyugal y familiar el amor mismo de Dios por los hombres y del Señor Jesús por la Iglesia, su esposa.

 

Matrimonio y Eucaristía.

 

El deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el bautismo y su expresión máxima en la Eucaristía, a la que está íntimamente unido el matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido poner de relieve la especial relación existente entre la Eucaristía y el matrimonio, pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa». Volver a encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario, si se quiere comprender y vivir con mayor intensidad la gracia y las responsabilidades del matrimonio y de la familia cristiana.

 

El sacramento de la conversión y reconciliación.

 

Parte esencial y permanente del cometido de santificación de la familia cristiana es la acogida de la llamada evangélica a la conversión, dirigida a todos los cristianos que no siempre permanecen fieles a la «novedad» del bautismo que los ha hecho «santos». Tampoco la familia es siempre coherente con la ley de la gracia y de la santidad bautismal, proclamada nuevamente en el sacramento del matrimonio.

 

 

La plegaria familiar.

 

La Iglesia ora por la familia cristiana y la educa para que viva en generosa coherencia con el don y el cometido sacerdotal recibidos de Cristo Sumo Sacerdote. En realidad, el sacerdocio bautismal de los fieles, vivido en el matrimonio-sacramento, constituye para los cónyuges y para la familia el fundamento de una vocación y de una misión sacerdotal, mediante la cual su misma existencia cotidiana se transforma en «sacrificio espiritual aceptable a Dios por Jesucristo». Esto sucede no sólo con la celebración de la Eucaristía y de los otros sacramentos o con la ofrenda de sí mismos para gloria de Dios, sino también con la vida de oración, con el diálogo suplicante dirigido al Padre por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo.

 

Maestros de oración.

 

En virtud de su dignidad y misión, los padres cristianos tienen el deber específico de educar a sus hijos en la plegaria, de introducirlos progresivamente al descubrimiento del misterio de Dios y del coloquio personal con Él: «Sobre todo en la familia cristiana, enriquecida con la gracia y los deberes del sacramento del matrimonio, importa que los hijos aprendan desde los primeros años a conocer y a adorar a Dios y a amar al prójimo según la fe recibida en el bautismo».

 

Plegaria litúrgica y privada.

 

Hay una relación profunda y vital entre la oración de la Iglesia y la de cada uno de los fieles, como ha confirmado claramente el Concilio Vaticano II. Una finalidad importante de la plegaria de la Iglesia doméstica es la de constituir para los hijos la introducción natural a la oración litúrgica propia de toda la Iglesia, en el sentido de preparar a ella y de extenderla al ámbito de la vida personal, familiar y social. De aquí deriva la necesidad de una progresiva participación de todos los miembros de la familia cristiana en la Eucaristía, sobre todo los domingos y días festivos, y en los otros sacramentos, de modo particular en los de la iniciación cristiana de los hijos. Las directrices conciliares han abierto una nueva posibilidad a la familia cristiana, que ha sido colocada entre los grupos a los que se recomienda la celebración comunitaria del Oficio divino. Pondrán asimismo cuidado las familias cristianas en celebrar, incluso en casa y de manera adecuada a sus miembros, los tiempos y festividades del año litúrgico.

 

 

Plegaria y vida.

 

No hay que olvidar nunca que la oración es parte constitutiva y esencial de la vida cristiana considerada en su integridad y profundidad. Más aún, pertenece a nuestra misma «humanidad» y es «la primera expresión de la verdad interior del hombre, la primera condición de la auténtica libertad del espíritu»

 

El nuevo mandamiento del amor.

 

La Iglesia, pueblo profético, sacerdotal y real, tiene la misión de llevar a todos los hombres a acoger con fe la Palabra de Dios, a celebrarla y profesarla en los sacramentos y en la plegaria, y finalmente a manifestarla en la vida concreta según el don y el nuevo mandamiento del amor.

 

Descubrir en cada hermano la imagen de Dios.

 

Animada y sostenida por el mandamiento nuevo del amor, la familia cristiana vive la acogida, el respeto, el servicio a cada hombre, considerado siempre en su dignidad de persona y de hijo de Dios.

 

 

El santuario dom+®stico de la Iglesia.do
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Renovación del Sacramento de la Confirmación

Las familias renovar uno a uno la confirmación para fortalecer y completar la obra del Bautismo.

Renovación del Sacramento de la Penitencia.

Renovación del Sacramento del Matrimonio

Andrés y Elvia al cierre de la reunión, resaltaron la renovación del matrimonio, señalando que el hogar es un santuario doméstico que en la celebración sacramental y litúrgica donde la familia encuentra su plenitud haciendose parte de la Iglesia como pueblo sacerdotal que participa de la potestad de Cristo, Sumo Sacerdote de la nueva y eterna alianza.

 

Concluye que el futuro de la humanidad se fragua en la familia. Es indepensable y urgente que toda persona de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia. 

   

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